16 de noviembre de 2025
Energía global y transición: competencia por recursos estratégicos se consolidó en el último año como uno de los principales vectores de transformación del orden internacional. La combinación de tensiones geopolíticas, competencia tecnológica y disputas energéticas configura un escenario inestable.
En distintos foros multilaterales, la discusión sobre energía global y transición: competencia por recursos estratégicos refleja la puja por establecer reglas de coordinación que permitan procesar conflictos sin desbordes. Sin embargo, la fragmentación del sistema internacional dificulta alcanzar consensos duraderos.
Las potencias utilizan energía global y transición: competencia por recursos estratégicos como plataforma para expandir alianzas y proyectar influencia en regiones clave. América Latina, África y Asia se vuelven escenarios de disputa indirecta entre actores globales.
La dimensión económica adquiere un rol central: cadenas globales de suministro, tensiones energéticas, inflación y reacomodamientos comerciales condicionan decisiones políticas y diplomáticas.
Riesgos interconectados —ciberseguridad, clima, salud global y migración— se cruzan con energía global y transición: competencia por recursos estratégicos, exigiendo respuestas coordinadas que pocas veces emergen con fuerza suficiente.
Los países intermedios buscan diversificar vínculos y aumentar su autonomía. El desafío: aprovechar oportunidades sin quedar atrapados en la rivalidad entre grandes potencias.
El futuro de energía global y transición: competencia por recursos estratégicos dependerá de la capacidad del sistema internacional para contener tensiones y fortalecer mecanismos de cooperación realista. De ello se desprende buena parte de la estabilidad global.
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